La lechuga es una hortaliza dulce, con un punto amargo, muy refrescante y base de las ensaladas de cada día, tiene algunas propiedades que ya se conocían hace miles de años, como el poder sedante derivado de la sustancia lactucina.
Para conservar la lechuga en perfectas condiciones conviene que enseguida que la llevemos del mercado a casa hagamos la siguiente operación:
1. Arrancar las hojas del tallo, limpiar una a una y secar sobre unos papeles de cocina o en una centrifugadora de lechuga.
2. Guardar en un recipiente cerrado en la nevera y separada de los otros alimentos. Así, limpia y seca se conservará casi el doble de días.
La lechuga es una hortaliza muy adecuada para la temporada de calor (primavera-verano) porque refresca el organismo, ayuda a digerir y relaja. Conviene consumirla siempre fresca y cultivada al aire libre y evitar comer de invernadero y durante la época fría.
