La Schefflera es un arbusto o arbolito muy ornamental que se cultiva especialmente en interior pero que también es una planta de jardín -y esto te lo digo por experiencia- muy interesante. Pero… ¿es posible trabajarla como bonsái?
Si nos ceñimos a las enseñanzas de los maestros clásicos, enseguida nos daremos cuenta de que no es muy recomendable ya que tiene las hojas de un tamaño muy superior al recomendado (de hecho, cuanto más pequeñas sean más fácil se nos hará el trabajo). Así y todo, el bonsái de Schefflera no estan complicado como en un principio nos podría parecer. Descubre por qué.
La Schefflera es una planta perennifolia originaria de Nueva Guinea, Java y Taiwan que en estado natural puede alcanzar una altura de unos 3-5 metros, pero que trabajada como bonsái no se deja que supere los 40-60cm (puede haber alguno de 1m, pero son los que menos).
Cuando se tiene una, lo primero que hay que hacer es reducir el tamaño de las hojas, lo que se hace es deshojarla totalmente cada 3 años a comienzos de verano (junio en el hemisferio norte). Así irá sacando hojas cada vez más pequeñas. Además, hay que cortar las ramas que tengan un crecimiento excesivo, y aquellas que no se vayan a necesitar para el diseño.
Hacia finales de invierno se le hará una poda de raíces, recortando menos de la mitad, y se plantará en una maceta que irá siendo cada vez más pequeña (menos alta) con un sustrato 100% akadama. Al terminar, hay que colocarlo en semisombra. Tres meses después se le podrá empezar a abonar con un abono líquido para bonsáis siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
En el caso de vivir en una zona donde se registran heladas, será necesario protegerlo en el interior de la vivienda, en una habitación muy luminosa y alejado de las corrientes de aire.
